Dejar no es solo cuestión de voluntad
Muchas veces se dice que para dejar una adicción solo hace falta “tener fuerza de voluntad”. Pero esta frase, aunque bien intencionada, no refleja la complejidad del proceso.
La voluntad es importante, sí, pero no suficiente. El consumo problemático suele estar sostenido por múltiples factores: emocionales, sociales, biológicos y contextuales. Muchas personas consumen para aliviar el dolor, para evitar pensar, para desconectarse. En esos casos, el consumo no es solo un “mal hábito”, sino una forma de lidiar con el sufrimiento.
En terapia trabajamos para entender qué función cumple ese consumo en tu vida, y qué otras formas hay de responder a ese malestar. Esto puede incluir aprender a tolerar emociones intensas, mejorar la regulación emocional, reconstruir redes de apoyo, o reconectar con valores que te importan.
Además, desde las terapias de tercera generación, se propone dejar de luchar contra los pensamientos del tipo “no puedo”, “voy a fallar”, “necesito consumir”, y aprender a relacionarse con ellos de otro modo. No para que desaparezcan, sino para que pierdan poder sobre tus decisiones.
Cambiar no es lineal. Requiere tiempo, acompañamiento y estrategias. Si sentís que estás luchando solo, buscar ayuda no es un signo de debilidad. Es una forma activa de empezar a construir algo distinto.
¿Qué vas a encontrar en esta guía?
En contrucción