La ambivalencia en los consumos problemáticos

A continuación leerás sobre la ambivalencia y cómo puede interferir en el proceso de reducir o dejar el consumo de sustancias psicoactivas.

CONSUMOS PROBLEMÁTICOS

Lic. Carlos Astorga

11/29/20253 min read

La ambivalencia en los consumos problemáticos: comprender el conflicto interno para avanzar en el cambio

En los procesos de cambio vinculados a los consumos problemáticos, la ambivalencia es uno de los fenómenos psicológicos más relevantes y, a la vez, más subestimados. Con ambivalencia nos referimos a ese estado interno de duda, tensión o contradicción respecto de la conveniencia, necesidad o importancia de reducir o abandonar el consumo. Este conflicto suele aparecer y sostenerse junto al craving, es decir, el impulso o deseo intenso por consumir sustancias como alcohol, tabaco, marihuana u otras drogas psicoactivas.

La ambivalencia no indica falta de voluntad ni debilidad. Es una parte esperable del proceso de cambio, un lugar intermedio donde conviven simultáneamente motivos para seguir consumiendo y motivos para dejar de hacerlo. Comprender cómo opera este conflicto interno es un paso clave para ordenar la experiencia y recuperar la sensación de control.

El colectivo de los pensamientos: una metáfora para entender el conflicto interno

Una manera útil de ilustrar la ambivalencia es imaginar que sos un chofer de colectivo. A lo largo del recorrido, en cada parada suben distintos pasajeros que intentan indicarte por dónde ir, convencidos de que conocen el mejor camino para vos.

Esos pasajeros son tus pensamientos automáticos: evaluaciones rápidas, reglas internas, supuestos y creencias que aparecen sin que los elijas. Algunos de ellos facilitan el consumo; otros lo cuestionan y fomentan el autocontrol.

Pasajeros que facilitan el consumo

Son los pensamientos que justifican, minimizan o racionalizan el uso de sustancias. Por ejemplo:

  • “No fue tan grave lo que pasó la otra noche; todos tomaron.”

  • “Si dejo de consumir, voy a volver a ser tímido y me voy a aislar.”

  • “Estoy exagerando al pensar que tengo que parar.”

Estos pensamientos buscan aliviar la incomodidad inmediata y empujar hacia el consumo, especialmente cuando hay craving presente.

Pasajeros de control

Son los pensamientos que señalan las consecuencias, los riesgos o las pérdidas asociadas al consumo. Por ejemplo:

  • “Si sigo tomando, puedo tener problemas de salud.”

  • “El consumo me está alejando de las personas que quiero.”

  • “Cuando consumo pierdo el control y después no me acuerdo de nada.”

Ambos grupos de pasajeros —facilitadores y de control— suben al colectivo sin pedir permiso. No podemos impedir que aparezcan, pero sí podemos decidir si seguimos o no sus indicaciones.

Reestructuración cognitiva: cuestionar la verdad de los pensamientos

Una herramienta central en la terapia cognitivo-conductual consiste en cuestionar la veracidad y la utilidad de los pensamientos automáticos, especialmente de los que facilitan el consumo.

Tomemos como ejemplo el pensamiento: “Todo el mundo toma alcohol; me voy a aislar si dejo de consumir.”

Si revisamos la evidencia epidemiológica disponible, encontramos datos que contradicen esta idea:

  • Aproximadamente el 50% de la población mundial no consume alcohol.

  • Solo alrededor del 10% de los adultos realiza episodios de consumo intensivo ocasional (más de cinco unidades de alcohol en un corto período).

  • Incluso en adolescentes, donde la prevalencia es más alta, estos episodios representan a un grupo minoritario, no a la totalidad.

Conocer estos datos permite reestructurar el pensamiento inicial: no es verdad que “todo el mundo toma”, y tampoco es cierto que dejar de consumir implique necesariamente aislamiento social.

Cuestionar los pensamientos facilitadores no elimina la ambivalencia, pero reduce su impacto en el craving y disminuye la fuerza con la que empujan hacia el consumo. Cuando evitamos pensar en ellos, suele funcionar como policias en un allanamiento; tocan la puerta, pero si no le abrimos, suelen romperla, asi los pensamientos aumentan su intensidad y frecuencia, se vuelven más intrusivos.

Construir pensamientos de control: una estrategia para sostener la abstinencia

Además de cuestionar los pensamientos que empujan al consumo, es útil fortalecer los que sostienen el cambio. Una forma práctica de hacerlo es elaborar una tabla de ventajas y desventajas del consumo.

  • Las ventajas suelen corresponder a pensamientos facilitadores.

  • Las desventajas se alinean con pensamientos de control.

Una vez que tengas clara tu lista de desventajas —problemas físicos, impacto emocional, deterioro en vínculos, pérdidas económicas, pérdida de control— podés utilizarlas como herramienta de afrontamiento en momentos de duda. Repetirlas en voz alta, leerlas o recordarlas activamente ayuda a contrarrestar la aparición de pensamientos facilitadores y reduce la probabilidad de que el craving escale.

La ambivalencia es parte natural del proceso de cambio en los consumos problemáticos. Comprenderla y trabajarla mediante estrategias cognitivas —cuestionar pensamientos automáticos, reestructurar creencias y fortalecer pensamientos de control— permite reducir la intensidad del craving, tomar decisiones más alineadas con los objetivos personales y avanzar hacia un cambio sostenido.

El objetivo no es eliminar la ambivalencia, sino aprender a navegarla con mayor claridad, realismo y control.